La carrera en solitario de Paul Weller ha sido el gran suceso del rock británico de los últimos 20 años, por encima de flores de un día, hypes más o menos afortunados o de (evidentemente) aquellas miríadas de bandas del brit-pop. Ha sido un completo éxito no solo artístico y musical, sino también personal. Me puedo imaginar a muy pocos tipos del negocio tan dignos de respeto como Paul, honestos e íntegros de pies a cabeza. Siempre preocupado por lo que firma bajo su nombre, la calidad de las canciones que ha ido entregando todos estos años evidencia un estadio musical superior, tan superior que incluso algunas de sus obras maestras deberían hacer sonrojarse a la comunidad negra entera, que parece haber abandonado definitivamente las enseñanzas de Curtis Mayfield, Marvin Gaye y compañía. Si escuchamos su disco de debut, parece que tuvo claro desde el principio hacia donde encaminarse (sobre todo en temas como "Into tomorrow", precursor de esos maravillosos cortes posteriores balanceados entre un sólido y duro soul y un fresco rhythm´n´blues de tinte negroide), aunque ésta su segunda entrega en solitario definitivamente es un gran paso adelante, tan grande que merece tildarse de obra maestra.
El disco comienza con un de los grandes clásicos de Paul Weller, "Sunflower", un vigoroso soul ácido vitaminado que toma prestado el pequeño arpegio introductorio de la canción "Dong With The Luminous Nose’ de Les Fleur de Lys. Aquí tenemos una buena muestra de la canción prototípica del inglés, un riff con músculo, sólida melodía principal y un estribillo con la suficiente garra para ser memorable y la necesaria limpieza para no llegar a cargar. A partir de la segunda canción, Weller muestra de golpe todo lo que ha aprendido a lo largo de los años. El tour se inicia con "Can you heal us (Holy man)", canción con mayúsculas de aroma Traffic, madura y repleta de matices. Ya no estamos ante el impetuoso joven que condujo a los Jam, ni al que buscaba distracciones en The Style Council, y si quedaba alguna duda, la siguiente en dejarse caer es la joya acústica "Wild wood", un nuevo triunfo, ahora del lado intimista y folk del genio de Woking. Bella y elegante oda. "All the pictures on the wall", precedida de uno de los interludios instrumentales que Paul acostumbrará a incluir en sus discos, supone un respiro de emociones tras la intensidad de los tres primeros números. El ecuador se cierra con dos prodigios del catálogo welleriano, "Has my fire really gone out?", provista de una melodia negra monumental donde el autor parece responderse a sí mismo con un final incendiario y Steve White desatado (el mejor bateria británico desde Bonzo???) y finalmente otra pequeña delicia folkie, "Country".
Pasado el ecuador, vuelven los aromas a los Traffic de Stevie Winwood con el brutal groove de "5th Season" y sus sencillos pero matadores arreglos de guitarra. En temas como este, uno se da cuenta además de lo jodidamente bien que canta este hombre. Sin respiro, sin que uno pueda recuperarse de tanta inspiración y feeling, le llega el turno a "The weaver", una de esas canciones que solo los grandes de verdad pueden interpretar con total credibilidad . A estas alturas de la película los términos superlativos hay que manejarlos con mucho cuidado para no llegar a desvirtuar el auténtico y real valor de "Wild Wood", pero me resisto a ahorrarme al menos uno para "Foot of the mountain", una auténtica obra de arte acustica donde el magisterio de Paul vuelve a obrar el milagro de llevarte a un tiempo y lugar indefinido y abstraerte del mundo durante 3 minutos y pico. Encarando la recta final encontramos a una heredera del espírutu de su disco debut, "Shadow of the sun", que a pesar de grandes detalles, me deja un tanto indeferente quizás por la falta de intensidad (en directo parece otra canción). Un reprise de "Holy man" conduce la aventura hacia el final, "Moon on your pyjamas", un correcto y bello broche de oro para un disco de aupa aunque claro, con Weller, White y el incomensurable Steve Craddock por medio, ¿qué puede salir mal?. Para terminar, permitidme que os recomiende las dos entradas a la obra de Paul que los colegas Dibud y Aitor dedicaron hace poco.
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